martes, 2 de febrero de 2016

El control del elemento Fuego

Los sudamericanos fueron conscientes de los efectos de la adquisición del fuego sobre la condición humana.

Según sus antiguas tradiciones, antes de poseer este elemento, los hombres no valían más que los animales.

El fuego nunca es presentado como una creación. Siempre ha existido, pero era propiedad de un animal —más raramente, de un espíritu— que lo vigilaba celosamente y rehusaba compartirlo con los hombres. Entonces, hizo falta robárselo.

Unas veces es el héroe civilizador, otras veces es un animal auxiliador quien intenta la aventura.

Generalmente, el dueño del Fuego, así como su robador, pertenecen a una especie animal que se asocia a ese elemento por alguna particularidad física.

También podemos encontrar al fuego como una manifestación espiritual, ejemplo de ello es el espíritu Ngen conocido como Ngen-kütral.





 

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