Antes de que nos fuera declarada la cuarentena estábamos integrados al Cosmos, y la manera en que se procedía era mediante la observancia rigurosa de los calendarios estelares.
La base y punto de partida de la astronomía antigua era el
sistema calendárico estelar. En México éste consistía en dos ciclos: el año solar de 365
dias (xihuitl), dividido en 18 meses de 20 días más otros cinco días
(nemontemi), y el ciclo ritual de 260 días (tonalpohualli), compuesto por 20 meses
de 30 días. La combinación de ambos
ciclos formaba unidades de 52 años (xiuhmolpilli) o "atadura de
años".
Las edificaciones toltecas, teotihuacana, maya, etc., guardaban estrecha relación con las fechas
del calendario.
Edificios aislados, conjuntos de edificios y planos de
asentamientos de sitios enteros muestran orientaciones coordinadas con puntos
específicos de entorno geográfico, como los cerros y otros elementos naturales,
o también con marcadores artificiales en forma de símbolos, como es el caso de
las cruces punteadas (pecked crosses).
Tales marcadores en el paisaje han sido estudiados en años
recientes por Horst Hartung, Anthony Aveni, Franz Tichy, Johanna Broda,
Stanislaw Iwaniszeswkí, Matthew Wallrath, Ivan Sprajc y Rubén Morante, entre
otros investigadores, quienes han concluido que aquellos contienen un
simbolismo complejo relacionado con el movimiento de sol y las estrellas y
pudieron haber servido como puntos o ejes de orientación para el diseño y
construcción de sitios tan importantes como Uaxactún, en Guatemala , y
Teotihuacan, en el Estado de México. En
este aspecto, destaca el sitio arqueológico de Xihuingo, en Tepeapulco, Hidalgo, a unos 35 Km. al oriente de Teotihuacan, en donde
entre 1978 y 1980, Wallrath localizó alrededor de 41 marcadores de este tipo.
Xihuingo, sitio arqueológico en el actual municipio de Tepeapulco, era considerado como el Lugar del año, donde los teotihuacanos realizaban observaciones astronómicas que les permitían medir el tiempo, ajustar el calendario y, según Wallrath (1991), desde donde se planeó la traza urbana de la gran ciudad de Teotihuacan.
Otras evidencias de nuestra remota conexión cósmica son los
extensos registros producido por la antigua astronomía china.
En Inglaterra, el monumento megalítico de Stonehenge como representante de un
antiguo observatorio.
En los años 1960, Alexander Thom realizó un exhaustivo catálogo de
monumentos megalíticos en Gran Bretaña. como resultado de sus investigaciones
sugirió que dichos monumentos constituían una indicación para la elaboración de
un antiguo calendario.
Otros referentes:- Huaca de Chena
- Ushnu
- Observatorio Astronómico de Zaquenzipa
- Observatorio Astronómico Maya de Copán
- Crómlech de Calçoene
- Observatorio del Caracol en Chiche Itzá
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